Para empezar, ponemos la mantequilla derretida y el azúcar blanco en un bol. Mezclamos bien hasta que ambos ingredientes se integren por completo.
Añadimos 3 huevos uno a uno, es decir, no añadimos el siguiente hasta que el anterior se haya integrado por completo en la mezcla.
Agregamos el yogur natural y lo integramos en la masa.
Tamizamos la harina de trigo junto con 1 sobre de levadura química o polvos de hornear. Integramos estos ingredientes en la masa hasta que no haya restos de harina y no haya grumos.
Precalentamos el horno a 180 ºC con calor arriba y abajo. Engrasamos un molde con un poquito de aceite o mantequilla y lo forramos con papel de hornear o lo espolvoreamos con un poco de harina.
Vertemos la masa en el molde y lo llevamos al horno durante 50 minutos o hasta que al pinchar el bizcocho con un palillo este salga limpio. Si pasados 30 minutos de cocción se nos dora demasiado la parte superior, podemos cubrirlo con papel de aluminio para que no se dore en exceso.
Retiramos el bizcocho del horno y lo dejamos reposar 15 minutos sobre una rejilla.
A continuación, lo desmoldamos y lo dejamos enfriar por completo antes de consumir