En un bol romper los huevos, agregar el azúcar y batir. Si tienes batidora mejor, si no batir con un tenedor por 3 minutos.
Este paso se llama “cremar” la mezcla. Justamente, es batir hasta que aclare un poco el color y se vuelva espesa la mezcla y crezca.
Una vez que veamos que la mezcla aclaró y creció, vamos a agregar la leche y a seguir batiendo.
Agregamos unas gotitas de esencia de vainilla y seguimos batiendo y batiendo. También puedes usar otras esencias como de coco, limón, o naranja depende que aroma quieres que tenga el bizcochuelo.
Una vez que está todo unido, vamos a dejar de batir y vamos a agregar la primera taza de harina junto con la cucharadita de polvo para hornear, tamizándolos con un coladorcito.
Mezclamos, esta vez sí con una espátula y movimientos envolventes.
Una vez que se incorporó todo bien, agregamos al segunda taza de harina y repetimos el procedimiento de mezclado.
Ahora viene el momento en el que nos toca evaluar cuán espesa nos quedó la mezcla: Si ven que les quedó muy espeso, pueden ir agregando chorritos de leche de a poquito hasta que la mezcla consiga la consistencia deseada. (punto letra) por el contrario, si ven que quedó muy líquido, se hace lo mismo pero con la harina.
Una vez que la mezcla consiguió la consistencia ideal, nos queda enmantecar y enharinar un molde y volcarla adentro sin más rodeos.
Al horno 180º por entre 40 y 50 min aproximadamente. Se paciente y no abras el horno antes de transcurridos por lo menos 40 minutos, ya que el bizcochuelo se puede pinchar y quedar chato.
Pasados los 40 minutos, podemos abrir el horno e introducir un palillo o cuchillo dentro del bizcochuelo, si sale seco, quiere decir que está listo y es momento de sacarlo.
Esperar que enfrié y desmoldar.